Me tocó jugar, nada, el final del partido, pero un partido tan intenso te hace entrar más nervioso y, sobre todo, con mucha ilusión.
El entrenador me dio ánimos, que entrara con todas las ganas del mundo y, sobre todo, con la intensidad necesaria que requería el partido.
Después de esta primera oportunidad de jugar con el Caspe, hay que seguir entrenando y trabajando para ver si llegan nuevas oportunidades que, obviamente, me harán muchísima ilusión.
Soy juvenil de segundo año y, claro, todo esto que me viene con el Caspe es una gran alegría y, eso, seguir trabajando para que lleguen más oportunidades.